Educar es una tarea compartida, el hogar y el colegio son los escenarios donde el hijo-estudiante va conformando sus pautas de actuación para reafirmar la base moral o ética a partir de preceptos valóricos comunes y universales.
Es el ejercicio de aprender no solo contenidos y habilidades cognitivas, sino la expresión de habilidades sociales y actitudes las que se deben potenciar desde la familia y en el aula para vivir en una sociedad pluralista, democrática y respetuosa de las diferencias.
Debemos estar en sintonía para impulsar un nuevo paradigma bajo un modelo de carácter global, sostenido y humano, como el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la alegría. Para desde allí exigir derechos, luego de haber cumplido con los deberes.